que al pasar el mediodía parecía que en su tez se hubiese detenido un relámpago) iba en el camino una muchacha que hacia señas para que parara. Paró.
-¿Me llevas? Hasta el pueblo no más -dijo la muchacha.
-Sube -dijo la automovilista. Y el auto arrancó a toda velocidad por el camino que bordeaba la montaña.
-Muchas gracias -dijo la muchacha con gracioso mohín -pero ¿no tienes miedo de levantar por el camino a personas desconocidas? Podrían hacerte daño.¡Esto está tan desierto!
-No, no tengo miedo.
-¿Y si levantaras a alguien que te ataca?
-No tengo miedo.
-¿Y si te matan?
-No tengo miedo
-¿No? Permiteme presentarme -dijo entonces la muchacha, que tenia los ojos grandes, limpios, imaginativos y enseguida, conteniendo la risa, fingió una voz cavernosa-.Soy la muerte, la M-u-e-r-t-e.
La automovilista sonrió misteriosamente.
En la próxima curva el auto se desbarrancó. La muchacha quedó muerta entre las piedras. La automovilista siguió a pie y al llegar al cactus desapareció.
.png)
Luego, volvió al mundo y siguió matando personas mientras que se hacia pasar por automovilista
Una de sus victimas fue un anciano que era mago, y podía ver que era la muerte.
Entonces, cuando se subió al auto luego de unos KM se bajó y se salvó la vida.
Autores : Ulises U. Ona L.A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario